Un círculo dentro de otro, como dos voces que se entrelazan. Estos pendientes están tejidos a mano con la técnica alambrismo, y están compuestos por dos aros dorados conectados, cada uno con una personalidad cromática distinta. El aro superior, más pequeño, está cubierto por un racimo compacto de cuentas turquesa, creando una textura vibrante y orgánica. El aro inferior, más amplio, presenta un entramado de cuentas en tonos turquesa, azul y verde agua, tejidas con hilo dorado sobre una estructura metálica circular. El resultado es un degradado cromático que evoca profundidad, frescura y movimiento.
El gancho dorado, fino y curvado, aporta ligereza visual y funcionalidad. El conjunto es simétrico, pero no rígido: cada pendiente parece respirar con sus propios matices, como si contuviera una pequeña constelación marina.