Un gesto doble de luz y elegancia. Esta pulsera está compuesta por dos hilos paralelos de perlas blancas, cuidadosamente ensartadas para formar un trazo continuo de luminosidad. Las perlas, redondas y de superficie nacarada, reflejan la luz con suavidad, evocando rituales íntimos y sofisticación atemporal. Su disposición en doble tira aporta volumen y presencia, sin perder la delicadeza que caracteriza a las piezas esenciales.
El cierre, en acero inoxidable, adopta forma cilíndrica con acabado pulido, asegurando firmeza y discreción. Su diseño técnico permite una unión segura sin romper la armonía visual del conjunto.