Un gesto que respira armonía. Esta pulsera combina la suavidad luminosa de las perlas blancas con la profundidad serena del jade verde, creando un ritmo visual que evoca equilibrio, renovación y elegancia natural. Las perlas, de forma ligeramente irregular y superficie nacarada, aportan luz y textura; mientras que las cuentas de jade, pulidas y de tono verde suave, invitan a la calma y al vínculo con lo esencial.
Montada sobre hilo elástico invisible, la pulsera se adapta con fluidez a cualquier muñeca, sin cierres ni interrupciones, como un círculo continuo de belleza y significado. Es una joya que acompaña, sin imponerse.